Los 4 Cuartos y las Cruces de Encarnación
Que los seres humanos nacemos con un componente mitológico en nuestra arquitectura cognitiva es algo que sabemos desde mucho antes de que Carl Gustav Jung nos hablase de ello. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de seres humanos nunca llegaron a comprender demasiado bien para qué podía serles útil ese componente mitológico, como no fuera para alimentar todo tipo de supersticiones y creencias preestablecidas que marcan el credo de cuantas civilizaciones hayan existido hasta el día de hoy.
El asombroso hecho de que ese componente mitológico con el que nacemos pueda ser medido y deconstruido en concordancia con la unicidad de cada ser humano es algo que solamente puede encontrarse en los Directorios de Orquestación Global (GOD, sus siglas en inglés) que forma parte del Sistema de Diseño Humano. No se trata de algo que esté basado en la superstición o la creencia, sino en la estricta observación del modo en que la conciencia del individuo está focalizada sobre un sentido del propósito que está más allá de nada que alguna vez hubiera elegido.
En este tramo de la formación de analista profesional se definen las mecánicas del Sistema de Diseño Humano que sirven de fundamento a la ‘Ciencia de la Diferenciación’. Su fórmula más esencial divide el Mandala del Rave en cuatro cuartos y provee a cada uno de ellos de una descripción mecánica del propósito evolutivo con el que sirve a la evolución de la conciencia humana.