Estamos solos, y nos sentimos solos, por más que la mente racional del No-Ser intente integrarnos en una visión del mundo tan sofisticada y compleja que nuestro entendimiento siempre parece insuficiente para ser aplicado a la acción en nuestra vida cotidiana. Si no vives correctamente, con el respeto debido a la estrategia vital que es inherente a tu naturaleza, tu vida no puede florecer ni tu propósito puede serte revelado a medida que lo vas cumpliendo en tu día a día.
El Diseño Humano provee de una síntesis para un entendimiento que puede ser aplicado de inmediato, ya que considera al individuo humano como un conjunto de impulsos bioquímicos y biológicos – genéticos, en definitiva – que permite organizarlos en 4 categorías o tipos mecánicos. Resulta obvio que, manejando correctamente el conjunto, las partes caerán en su sitio por su propio peso. Por otra parte, la experiencia personal de quienes hemos sido pioneros, y conejillos de indias en este experimento, así lo avala.
Sin embargo, ‘ser uno mismo’ y recuperar la dignidad innata y la autoridad individual sobre la propia vida no es un fin en sí mismo, ni puede desarrollarse en un vacío conceptual o teórico. Es algo que ha de manifestarse en el desarrollo de los hechos que se dan en la propia vida, y cuyo baremo siempre se hace evidente en la facilidad y comodidad con la que aprendemos a fluir con los demás.
Siendo un Manifestador emocional del ego, mi independencia personal está siempre asegurada, pero el Diseño Humano me ha enseñado a aceptar humildemente que sin mis semejantes nada de lo que haga tiene el menor sentido, y que mi propósito y realización en esta vida pasan indefectiblemente por aprender a encajar correctamente con otros en algún proyecto común. Nadie puede realizarse sólo. La vida es una ilusión que admite todas las pequeñas ilusiones individuales que entre todos generamos, proyectamos, manifestamos y reflectamos, pero solamente permite que progresen y se manifiesten en la medida en que se juntan unas con otras para servir a algún propósito superior o trascendente.
Tradicionalmente, la familia se ha ocupado siempre de mantener el orden básico de las cosas, y de imprimir en cada ser humano el condicionamiento necesario para saber integrarse debidamente (o no) con otros en el largo, larguísimo camino que es la vida humana. El crecimiento y la potenciación de la conciencia individual no ha mejorado necesariamente las cosas, sino que parece haber creado una confusión y una tensión cada vez mayor respecto a los modelos humanos a seguir y a los patrones básicos que determinan nuestra convivencia en común.
Con una tasa de un divorcio cada 4 minutos en un país pequeño como es España, resulta obvio que algo fallaba en los modelos tradicionales de la convivencia familiar, y que ha llegado la hora de confrontar las tremendas lagunas y carencias con las que partimos hacia el difícil objetivo de establecer vínculos consistentes con los seres con los que nos aliamos en la vida. La potenciación de nuestra propia individualidad no nos libera de la presión de tener que encajar con la potenciación de la individualidad que simultáneamente se da en el resto de seres humanos. De ahí que no es suficiente con volver a ser uno mismo, sino es para saber cómo encajas con el mundo que hay a tu alrededor, que obedece, a su vez, a unas leyes jerárquicas y mecánicas que se ponen automáticamente en marcha en el momento en que se agrupan mas de dos personas para cualquier propósito, por banal o trascendente que este sea.
El Pentha es el organismo trans-áurico más básico y elemental de cuantos operan en nuestras dinámicas de grupo, y su naturaleza mecánica se corresponde con la necesidad de integrarnos individualmente en pequeños grupos de, entre tres y cinco miembros. De ahí, también, la importancia de la familia tradicional como unidad celular y eslabón imprescindible en la cadena de jerarquías que configuran nuestras sociedades de impronta patriarcal o matriarcal.
Comoquiera, la mutación del Plexo Solar anunciada para 2027 explica razonadamente los cambios que se están produciendo en la raíz de la configuración de nuestras células sociales (parejas de hecho, familias monoparentales, adopción de niños por parejas homosexuales) y de los registros emocionales que nutren los afectos de esos vínculos. Pero eso no significa que podamos soslayar la irrevocable necesidad de avanzar juntos en una dirección necesariamente compartida. Estar rendido, de ese modo, no es desgastarse luchando contra las resistencias que reflejan nuestro propio No-Ser, sino vivir integrado en un ‘sueño de lo posible’ que obligadamente se concreta a través de la acción integrada de cualquier Pentha.
A lo largo de un día cualquiera, entramos y salimos cientos de veces de las configuraciones de Penthas mas diversas, y es un divertimiento divino observar las fluctuaciones en las auras trans-personales que formamos con otros en cada momento de nuestras vidas. Esa es, al fin y al cabo, la mayor bendición que el Diseño Humano puede revelar a cualquiera que le dedique suficiente atención y estudio; la capacidad de contemplar las ‘Mecánicas del Maya’ en vivo y en directo, al tiempo que se participa de la vida como una aventura mágicamente interactiva en la que el modo en que tomas tus decisiones es lo único que realmente marca la diferencia.
En ese frenético ir y venir de un Pentha al otro que es la vida, hay ciertas configuraciones de Pentha que son las que acaban dando forma y marcando las pautas de nuestra vida. Es imposible sentirse cómodo siendo uno mismo ignorando cómo encajar con aquellos que están en tu vida. De ello se derivan y deducen dos premisas importantes para cualquier individuo implicado en el experimento de volver a vivir en base a la impronta natural de su diseño. La primera es saber de qué modo condicionan las personas que hay en tu vida las dinámicas básicas de cualquier proyecto que queráis compartir juntos. La segunda, y acaso mas importante, es percatarte de que tu propio diseño te lleva a encajar del mismo modo en todos los Penthas de los que formes parte.
Conocer estos elementos es esencial para poder dar un enfoque claro a las decisiones que tomamos y que implican interacción con otros, particularmente cuando se trata de manifestar cualquier proyecto grupal al que aspiremos juntos. Tus activaciones en el Pentha son también una pista inequívoca acerca del ámbito en el que se puede manifestar tu autoridad natural en las dinámicas grupales de tu interacción con la diversidad humana.
Alokanand Díaz del Río