«Resulta tan obvio que a partir del momento en que comienzas a prestar atención a los tránsitos planetarios, si contrastas tus observaciones con lo que los medios publican que está ocurriendo en el mundo, te das cuenta enseguida de que el mundo simplemente vive sometido a las leyes del programa. Pero quienes obedecen esas leyes lo hacen sin darse cuenta, atrapados en la conciencia homogénea de su No-Ser, inconscientes del impacto que las fuerzas planetarias tienen sobre sus mentes, arrastrándoles constantemente a identificarse y entrar en procesos que no son los correctos para ellos.
Toda la cuestión en relación a los tránsitos es que estamos todos aquí para filtrarlos. No es que tengamos elección al respecto, al fin y al cabo. Para mí, una de las cosas más extraordinarias a considerar es que los tránsitos se materializan a escala planetaria en forma de nuevas vidas que nacen a cada momento. Del mismo modo, cuando nacisteis todos y cada uno de vosotros, todos los demás que ya estaban en el planeta experimentaron vuestra llegada; es decir, que experimentaron la frecuencia del programa planetario en tránsito en ese momento. Pero a través de vuestras encarnaciones, esa frecuencia existe materializada en la forma. Esto significa que desde momento en que llegasteis al mundo habéis estado experimentando el nacimiento de todos los que nacieron después de vosotros. Eso realmente extraordinario de comprender.
Aquí sentados, inmersos en este vasto océano de neutrinos del cual emergen formas que concretan en el mundo material, depende de nosotros que sepamos ver y reconocer nuestra indefensión ante ese movimiento. No es que comprendamos todos los mecanismos que determinan la capacidad de nuestro cuerpo de mantenernos vivos. Si tuviéramos que acordarnos de pensar en respirar y en todas las demás funciones implicadas en ello, si tuviéramos que organizar nosotros toda esa información a cada momento de cada día, ninguno de nosotros lograría salir adelante. No sería posible.
Y, sin embargo, de algún modo, en la superficie de nuestra conciencia damos por supuesto que nosotros somos los responsables de todo, cuando no es así. Todo lo que podemos hacer es asumir el hecho de que formamos parte de un movimiento continuo. Esta es una de las leyes básicas del Universo, que todo está en constante movimiento. Nosotros formamos parte de ese movimiento.
Por ello, resulta una clave fundamental que sepamos ver muy claramente que si vives formando parte de un movimiento permanente, hay una sola cosa que puede suponer un verdadero desgaste innecesario, y son las resistencias que te topas en tu camino. Esas resistencias van a ralentizar tu movimiento, y van a crear fricciones innecesarias, con las dificultades consecuentes que eso supone para ti.»
Ra Uru Hu