El Receptáculo del Amor tiene también un límite interior. Es el límite que contiene la vida. Cuando traducimos los cuatro aspectos del Receptáculo del Amor a nuestra perspectiva humana, hemos podido ver que tenemos el ‘Aura’ en la puerta 15, que es el límite exterior, la ‘Carne’ en la puerta 46, que es el límite interior, la ‘Sangre’ en la puerta 25, que es el propio contenido del Receptáculo del Amor, y la ‘Desembocadura’ del Receptáculo en la puerta 10, que es el encuentro a bocajarro con la vida misma.
El Santo Grial
La puerta 46 – Empujando Hacia Arriba – es la puerta de la determinación del Ser y forma parte del Canal de Descubrimiento, que conlleva un diseño de triunfar donde otros fracasan. Está integrada en el Circuito de Abstracción, y es la puerta de la ‘Carne’. En el análisis del diseño, esta es la puerta de la ‘serendipia’ o sincronicidad, de la capacidad de percatarse de que uno se encuentra en el lugar apropiado en el momento adecuado.
Es una puerta que favorece la buena fortuna una vez que esta perspectiva ha quedado establecida. La cualidad de la determinación consiste en la capacidad de mantener una conciencia semejante. En este sentido, la buena fortuna reside en la capacidad de aceptar el cuerpo, con sus cualidades y limitaciones. Es aquí que descubrimos el potencial para el amor hacia un@ mism@, el amor a vivir encarnados en una forma, el amor hacia la forma misma que nos encarna. El título de este canal de triunfar donde otros fracasan es el ‘Descubrimiento’. Se trata de descubrir el amor a través de la ‘Carne’, y el hecho de que la ‘Carne’ ha de ser amada.
Las tradiciones del Santo Grial son una representación de la mitología del Receptáculo del Amor, el gran contenedor de la vida que todos somos. La magia que esto hace posible, porque nos permite beber en la vida de lo que contiene. Ya hemos visto que su contenido, la ‘Sangre’, es la esencia de la vida misma. El Grial está en la ‘Carne’ y es de hecho ‘Sagrado’.
He estado escuchando ya durante muchos años las discusiones acerca de la naturaleza de la vida después de la muerte, donde se asume vanamente que la conciencia de uno mismo está siempre disponible. Pero los seres humanos no saben absolutamente nada acerca de la muerte. La muerte está en el otro lado de la perspectiva que nosotros tenemos de las cosas, y no tenemos absolutamente ningún acceso a ver cómo son las cosas desde el otro lado. Lo único que sabemos los humanos es morir. Lo ‘sagrado’ del Grial reside en su capacidad de contener la vida, y de proveer un marco operativo para ella, recordad el funcionamiento del Monopolo Magnético, nuestro ‘Superglú’ que lo pega todo, y que hace posible la conciencia auto-reflectante que todos podemos experimentar. Es el Grial el que hace que sus contenidos sean ‘sagrados’, y no al revés. Honra y ama el cuerpo, la carne.
Ra Uru Hu