«Si eres un ser emocional que opera a través de una ola de energía fluctuante, las emociones que sientes respecto a alguien cuando lo encuentras por primera vez, y las que sentirás una o dos semanas después, cuando tu ola emocional te haya llevado hacia arriba y hacia abajo en su natural fluctuación, serán de naturaleza muy distinta y variable. Si sientes que quieres estar con esa persona cuando te sientes en el alto de tu ola, eso sólo es comprensible. Esa persona también quiere estar contigo, porque les arrastras contagiándoles la exaltación de tu estado de ánimo. Si todavía quieres estar con ella cuando tu estado de ánimo es bajo, y la otra persona también sigue queriendo estar contigo aunque con tu estado de ánimo les hagas bajar a la tierra, entonces sabes que realmente se trata de alguien que realmente está ahí para ti.
Mas allá del AHORA
En eso consiste la claridad emocional – en esperar, en ver a dónde conduce la continuidad – o su falta – a medida que avanzas a través de tu ola de energía emocional. Si quieren estar contigo cuando estás en el alto, pero no te aceptan cuando estás en el bajo, entonces no hay ninguna decisión que tomar, porque no hay claridad emocional posible en esas condiciones. La claridad emocional trata de la consistencia en las respuestas, independientemente de cuál sea la bioquímica del momento, independientemente de cuál sea el estado de ánimo emocional.
Una cosa es estar dispuesto a realizar un trabajo cuando tienes un buen estado de ánimo – la excitación y la esperanza de los beneficios que eso pudiera traerte. Pero, ¿qué harás cuando tu estado de ánimo caiga en el polo opuesto? ¿seguirás queriendo llevarlo a cabo? Lo que le ocurre a la mayoría de las personas emocionales es que en el momento en que identifican lo que perciben en cualquier lugar de su ola con su ‘verdad’, bueno, es como cuando tienes una buena idea – el hecho de que sea interesante no implica que sea viable.
Es como tener un momento de intimidad con alguien a quien acabas de conocer un día que estás algo ebrio, y luego te despiertas a la mañana siguiente, cuando tu estado de ánimo ya está lejos de donde estaba la noche anterior, y todo es terrible porque no es en absoluto lo que querías. La fuerza hormonal del motor emocional tiene un impacto tremendo sobre la naturaleza del mundo en que vivimos.
Es preciso tener claro que estas olas emocionales no son una cosa sencilla, ya que existe una complejidad de olas distintas entre sí. Aunque son más, a un nivel arquetípico, hay seis tipos distintos de olas emocionales. Todas funcionan de manera diferenciada, pero todas lo hacen sometidas a la misma ley mecánica que las lleva a fluctuar cíclicamente entre la esperanza y el dolor. La ola emocional de la tribu gira en torno a la necesidad, y a la capacidad de gestionar esa necesidad a través del apoyo. La ola emocional del individuo trata de la pasión, y de la capacidad de gestionar esa pasión de manera que potencie el espíritu en lugar de ser destruido por ella. La ola emocional del colectivo gira en torno al deseo y a nuestra capacidad de manifestarlos.
Tanto si eres emocional como si no, desde el mismo momento en que llegas a este mundo, tu vida transcurre en un entorno emocional. La importancia de comprender esto es absolutamente trascendente.»
Ra Uru Hu