Fundamentos Mecánicos de la Inteligencia Emocional
14 y 15 de Agosto
La fascinación por las mecánicas reveladas en el Sistema de Diseño Humano y la precisión lógica que se deriva del Cuerpo Gráfico del Rave, que es el campo sintetizador de todo este increíble cuerpo de conocimientos, hace que la mayoría de las personas que se encuentran con el Diseño Humano en su camino pasen por alto una de sus premisas más fundamentales; que la revelación del Sistema de Diseño Humano presupone el anuncio de una mutación en la estructura cognitiva de nuestra especie.
Desde la emergencia del homo sapiens hasta hace apenas 250 años, exactamente hasta 1781, el desarrollo de la conciencia humana ha sido siempre estratégico y unidireccional, con la atención siempre puesta en mejorar las estrategias que, una vez puestas en acción, pueden ‘garantizar’ nuestra supervivencia como individuos y como especie. Independientemente de la rama de conocimientos de la que estemos hablando, la orientación cognitiva de nuestros sentidos apunta siempre en la misma dirección; el desarrollo de seguridad en nuestra capacidad predictiva a partir del análisis de los patrones que vemos reproducirse orgánicamente en la naturaleza.
Sin esta capacidad predictiva, que va ligada a la capacidad de organizarse en grupo a través del lenguaje, el homo sapiens no hubiera ascendido nunca a la cumbre de la cadena alimenticia, ni hubiera logrado implementar un dominio tan estratégico de los recursos naturales que le permitiría no sólo llegar hasta la luna, sino cuestionar (en el nombre de Dios) todas y cada una de las leyes naturales que afectan al resto de los mamíferos, y expandir así su reino de artificialidad hasta los dominios del mundo digital y la realidad virtual. Como mamífero, no podría estar más orgulloso de pertenecer a una especie tan fascinante como la nuestra.
Sin embargo, el descubrimiento del planeta Urano en 1781 por William Herschel abrió una brecha en la conciencia colectiva de la humanidad, a través de la cual nos apercibimos de nuestra profunda ignorancia y falibilidad. La ‘realidad’ inamovible (y todos sus dogmas) del universo saturnino, el único conocido hasta entonces, comenzó a hacer aguas a medida que la revolución industrial desembocaba en una revolución sexual que acabaría por normalizar el divorcio, y que habría de sacudir irreversiblemente los cimientos de la única institución que continuó siendo ‘sagrada’ en todas las civilizaciones a pesar del paso del tiempo; la (más o menos) sagrada familia.
Sin el funcionamiento efectivo de la unidad familiar en la creación y sostén del ámbito moral que rige nuestras relaciones más personales, nuestro sentido colectivo de la ‘realidad’ se va desmoronando y dando paso a un individualismo ciego e inconsciente que, en realidad, es la manifestación de un egoísmo distorsionado carente de conciencia individual diferenciada. Cada generación nueva que nace lo hace a un mundo en el cual el futuro – que hasta hace muy poco era la base previsible en nuestro modo de entender la vida – es cada vez más borroso e incierto, lo que incrementa la claridad objetiva con la que reconocemos la limitación en todos los dogmas que habíamos abrazado hasta ahora a la hora de dar soluciones de continuidad a nuestra manera colectiva de afrontar los desafíos evolutivos ante los que nos encontramos.
Paradójicamente, este mismo embudo evolutivo que representa un desafío para la humanidad como especie es también una oportunidad de oro para aquellos individuos que tengan la buena fortuna de encontrar alguna manera de encauzar su existencia desde/hacia la llamada ‘inteligencia emocional’, que prioriza la experiencia personal de cada individuo sobre cualquier otra consideración a la hora de identificar lo que se percibe como ‘verdadero’. Desafortunadamente, aunque la distribución de la inteligencia emocional no es privilegio de las clases más ricas, el desconocimiento de su funcionamiento orgánico hace que la mayoría de seres humanos no sepan cómo beneficiarse de ella.
Siendo por diseño un manifestador emocional, soy incapaz de imaginar lo que hubiera sido de mi vida si no me hubiera encontrado con estos conocimientos hace casi 28 años en el momento de escribir estas líneas. Resulta obvio para mí que todas las variaciones y fórmulas mecánicas del Sistema de Diseño Humano incorporan una orientación del potencial cognitivo de cualquier ser humano hacia el desarrollo de diferentes formas de ‘receptividad’ mental. Esta receptividad potencia la emergencia y el crecimiento de una inteligencia emocional que permite al individuo expandir el horizonte de su conciencia viviendo ‘rendido’ a la vida, como si fuera una aventura cuyo verdadero propósito fuera cultivar el propio espíritu a través de la experiencia personal, donde inexplicablemente para la mente racional de la mayoría de seres humanos, la seguridad y la supervivencia no son la máxima de nuestras prioridades vitales.
Es asombroso disponer de una explicación lógica para esta predisposición tan innovadora de afrontar la vida en un número creciente de seres humanos, independientemente de que conozcan o no el Sistema de Diseño Humano y la estructura mecánica a través de la cual revela las funciones más básicas de nuestra naturaleza emocional. No obstante, lo que pretendo hacer en este curso es intentar llevar el entendimiento de los participantes más allá de la superficie mecánica, y presentar los elementos que conforman las raíces cognitivas que alimentan la diferenciación de la conciencia individual cuyo epicentro se encuentra en el fuero interno de nuestros propios sentidos, y desde el cual podemos trascender lo que la supervivencia tiene de primitivo sin por ello renunciar al sentido común ante la realidad material del único mundo del que disponemos.
Nuevamente, durante el primer día presentaré los fundamentos teóricos de la inteligencia emocional, tanto en la superficie mecánica como en los detalles de sus raíces cognitivas, y durante el segundo día atenderé las preguntas de todos los participantes a las que responderé individualmente con el gráfico de cada uno en la pantalla, con el objetivo de tallarlas lo más posible a la medida de cada diseño individual.
PRECIO: 250 dólares
FECHAS: 14 y 15 de Agosto
Horario: 15:00 a 17:00 17:30 a 19:00 (GMT+2 / CET)