Descripción
Alokanand Díaz traducido por Nadia Soso
Mi despertar llegó con la aceptación de mi ignorancia fundamental, seguida del reconocimiento de que “no saber” era en realidad una verdadera bendición. Cuando conocí el Sistema de Diseño Humano yo ya tenía conciencia de que mis padres no eran los culpables del sufrimiento y las restricciones que mi personalidad tuvo que experimentar y de lo que tuvo que aprender durante los primeros treinta años de mi vida. Sin embargo, tuve una creciente exigencia interna de entender las fuerzas que hacían que mis padres me condicionaran del mismo modo (mejorado) en que sus padres los habían condicionado a ellos, y cada generación antes de ellos hasta que mi imaginación sin límites alcanza el principio de los tiempos. Si no hubiera sido por el Diseño Humano no creo que hubiera podido desarrollar la suficiente comprensión como para poder detener completamente mi odio a la condición humana. A pesar de que parece ser una perspectiva sociológica más que una de la que uno puede beneficiarse a nivel individual, las 16 divinidades son el núcleo del modo en el que las fuerzas evolutivas siempre han controlado el desarrollo de la consciencia homogeneizada en las personalidades de los humanos indefensos que nacieron en cualquier momento de nuestra historia evolutiva.
No es por nada que la “Ciencia de la Diferenciación” no emergió en el mundo hasta 1987, casi al final de un ciclo evolutivo en el que la divinidad ha experimentado niveles de desmitificación sin precedentes a través de las revelaciones y los descubrimientos de la investigación científica. En combinación con mi entendimiento del Penta y el Wa -las mecánicas de las dos entidades transáuricas que regulan las dinámicas grupales- la deconstrucción de los 16 rostros de la divinidad me dará un fundamento muy claro para entender la estructura mecánica y los desafíos que existen dentro de la psique de cualquier individuo.
En este curso en particular quiero llevar la deconstrucción de las 16 divinidades dos pasos más allá de lo que se haya hecho jamás. El primer paso consiste en incluir los temas de las Cruces de Encarnación que unen cuatro divinidades diferentes en un solo propósito común, revelando su modo natural de distribuirse en los cuatro cuartos en los que se divide el Mandala del Rave. Claro que todos nosotros somos portadores de una de esas combinaciones temáticas y para poder entender claramente el modo en que esos temas colocan los velos más densos de la ilusión frente a nuestros ojos puede tener un efecto muy iluminador y liberador en el potencial individual de conciencia que yace en el núcleo de cada ser humano. El segundo paso consiste en coger las 16 Divinidades y sus Cruces de Encarnación y proyectarlas a través de los constructos transáuricos del Penta y el Wa, lo cual no sólo revela un modo nuevo nivel sorprendentemente enriquecedor de comprender cada uno de los elementos involucrados, sino que también revela de qué modo la relación mecánica que hay entre ellos ha contribuido tan profundamente a determinar la indefensión individual en el destino evolutivo de la especie humana.
Sólo a través de descubrimientos científicos que se llevaron a cabo en la segunda parte del s. XX que colectivamente la humanidad descubrió su ignorancia fundamental acerca de la naturaleza del ser y el significado de la frase de Sócrates: “Sólo sé que no sé nada.” El lado brillante de todo esto es el modo cómo sabiendo nada nos las hemos arreglado como especie para crear un mundo tan sofisticado como el mundo en el que vivimos, alimentado sólo por la infinita vanidad anunciada por Salomón, que a sabiendas ha impulsado a los de nuestra especie desde el principio de los tiempos.
CONTENIDO DEL CURSO
- LA EVOLUCIÓN Y LA HOMOGENEIZACIÓN DEL PROPÓSITO
- LOS 16 ROSTROS DE LA DIVINIDAD
- LOS 16 ROSTROS DE LA DIVINIDAD Y SUS CRUCES DE ENCARNACIÓN
- LOS 16 ROSTROS DE LA DIVINIDAD Y EL PENTA Y WA