Descripción
Traducido en simultáneo al español por Nadia Soso
A pesar del número de veces que Ra Uru Hu hizo mención de que el I-Ching del Rave es el catálogo de roles homogéneos del No-Ser, y muy particularmente el texto que hace referencia a cada una de sus 384 líneas, está claro que se trata de algo que no acaba de ser asimilado ni siquiera por aquellos que han entrado a estudiar el Sistema de Diseño Humano en profundidad. Lo que esto significa es que el I-Ching del Rave en realidad es un catálogo de roles humanos que se ven reducidos a simples personajes cuando los seres humanos que los encarnan los expresan con ‘normalidad’, y se prestan de ese modo a simplemente dar continuidad al programa evolutivo al tiempo que arden en la hoguera de su propia vanidad humana en sus vidas personales.
Nadie ignora que el mundo del No-Ser no es más que una absurda película de ‘buenos y malos’, ‘ganadores y perdedores’, ‘hombres y mujeres’… que se mantiene en cartelera desde tiempos inmemoriales, y que es fielmente reproducida por cada nueva generación de seres humanos que viene a arrimar su hombro a la gran rueda de la evolución de las formas vivas, entre las cuales los seres humanos tendemos a sentirnos ‘protagonistas’.
Hace bastante tiempo que deseaba darme el gusto de adentrarme en cada una de las 384 líneas del I-Ching y permitirme compartir con otros el flujo de mi propio entendimiento en relación a él, para lo cual especulé con diferentes fórmulas y formatos. Finalmente he podido estructurar un modelo que le hace justicia al enorme protagonismo que el I-Ching del Rave tiene en nuestro proceso de diferenciación individual, al mismo tiempo que certifica lo que Ra quiso dejar claro desde el primer momento – y teóricamente todos sabíamos – de una manera aplastantemente lógica.
Para ello, comenzaré por explicar los valores organizativos de las líneas que integran los canales responsables del mantenimiento del WA, que es la entidad trans-áurica que controla la vida del grupo social más amplio. Comenzar por aquí nos permitirá comprender las estructuras jerárquicas que rigen sobre nuestra vida social y sobre nuestra consciencia colectiva desde el principio de los tiempos. Sobre la base de las 72 líneas de esos 12 hexagramas reposa la columna dorsal de todas las ‘instituciones jerárquicas’ que han sostenido la historia de cualquier civilización humana.
Ninguna civilización fue jamás creada para los individuos. Toda civilización fue creada para dar respuesta a la familia como célula social mínima, dentro de la cual se determinan las dinámicas grupales entre seres humanos que conforman un grupo social más pequeño hecho de personas estrechamente allegadas. Durante los primeros siete años de vida, la familia es el agente social que más profundamente nos condiciona, lo suficiente en todo caso como para aprender que no saber comportarse de manera ‘normal’ en el mundo puede tener consecuencias sociales negativas solo parcialmente previsibles.
Por este motivo, en segundo lugar abordaré el estudio de las 72 líneas de los 12 hexagramas que conforman los 6 canales del PENTA – la segunda de las entidades transáuricas que determina las dinámicas del grupo social más pequeño – que siempre está luchando por mantener y/o mejorar el ‘estatus quo’ de su grupo (PENTA / la familia) en relación al grupo social más amplio (WA / la sociedad). El análisis de estas líneas nos lleva a comprender los mecanismos responsables de la homogeneización (deshumanización) en la base de la conciencia social que nos es imbuida desde nuestra más tierna infancia. Aquí veremos las diferentes agencias en las que la conciencia individual es empaquetada moralmente en el nombre del padre, del hijo o del espíritu santo antes de cumplir los siete años de edad.
A continuación pasaré a examinar las 36 líneas de los 3 canales de formato, cuya función marca una diferencia trascendente en el funcionamiento de los circuitos mayores. Como se trata de canales generados, son un ejemplo para el resto tanto en la gestión de la frustración general, como también en la satisfacción individual que es posible cuando dejan de vivir sometidos a la presión del propio grupo social del cual nacieron formando parte y cuya identificación colectiva necesitan trascender.
Por último, dedicaremos el resto del tiempo a estudiar el resto de las líneas del I-Ching del Rave, a través de las diferentes corrientes de conciencia que hay en cada uno de los 6 circuitos básicos. Aquí veremos cómo todos los canales de un mismo circuito se someten (voluntaria y conscientemente) al criterio y al poder del canal WA cuya capacidad organizativa domina tanto su espíritu como su forma desde el principio de los tiempos. En este contexto, las líneas de las corrientes de conciencia se expresan como conservadoras o progresistas en función de algo que se actualiza en la superficie mientras permanecen ‘dominadas’ por una fuerza enteramente inamovible en un nivel social más profundo. Es decir, que son las que hacen que todo cambie para que todo siga exactamente igual que siempre. Es decir, que estas líneas sirven al elemento WA como ‘base de poder’, comprometida a dar su apoyo a una forma de poder necesariamente homogénea y jerarquizada.
En definitiva, lo que veremos es un cuadro social arquetípico que ilustra a la perfección la naturaleza de nuestro mundo material, con todo el sufrimiento generado por su injusticia para con los derechos del individuo, que son sistemáticamente pisoteados, y una única causa o razón de fondo; la ignorancia con la que los seres humanos nos identificamos con medias verdades en las que creer para no sentirnos expuestos al misterio como único absoluto.