Descripción
Si eres un Manifestador, o experimentas paz o experimentas rabia en el espíritu del que se nutre tu mente. Esa paz puede ser muy aguerrida, y también la rabia puede estar profundamente apaciguada, incluso reprimida y dormida en los túneles de la memoria. En todo caso, ambas representan los extremos del único baremo fiable en el que medir tu propia corrección a la hora de informar, iniciar y manifestarte. La rabia y la paz resumen todos los estados por los que pasa tu mente para poder definir quién eres y para quién te manifiestas. El secreto está en comprender que tu impacto proviene del uso que haces de tu energía y no del uso que haces de tu mente. Es el despliegue de tu energía el que tienes que aprender a dominar mientras tu mente galopa incontrolable hacia la superficie que marca el horizonte de las cosas.
