“Sólo sé que no sé nada…” Lo dijo Sócrates, y aunque todo el mundo ‘entendió’al pensador, el entendimiento no parece haberle servido a nadie de gran cosa. Quizás porque SABER es la segunda cosa más natural del mundo, el único problema de base en la mente de los seres humanos es que no saben NO SABER, que es la primera cosa más natural del mundo. Para SABER por uno mismo hay que saber NO SABER todas las cosas que los demás dicen saber.
Está claro que si la mente humana fuera un músculo, nuestros bíceps cerebrales serían elefantiásicos, entonces ¿dónde está el fallo que causa que los miembros de la más inteligente de las especies vivas sufran indeciblemente más que los de ninguna otra?