El Otro y el Programa
La belleza más profunda de la mecánica humana reside en el hecho de que no hay en ella nada que uno pueda tomarse a personal. No importa cuál sea el tipo de análisis que queremos realizar, tanto si se trata de un análisis individual como si se trata de un análisis compuesto con otro ser humano o con los tránsitos planetarios de un cierto momento, los elementos mecánicos son siempre los mismos y conllevan siempre el ‘esto’ y el ‘aquello¡ de la interacción mecánica entre el individuo – tú – y algo o alguien que es ajeno.
Lo único que cambia de un análisis a otro son los valores, pero no los mecanismos, cuando examinamos lo que ocurre entre nuestro diseño individual y el campo casi infinito de condicionantes que tenemos a nuestro alrededor de manera tan ininterrumpida que apenas lo percibimos. Hay dos fuentes de condicionamientos que impactan constantemente sobre nuestro aura de manera directa. Esto es la presencia de otros seres humanos en nuestro aura, que es prácticamente constante en los tiempos actuales, y el impacto del campo planetario en tránsito del cual siempre formamos parte de manera indisoluble. No podemos evitar vivir sometidos a estas dos formas de condicionamientos. Lo único que podemos hacer es aprender a convivir sabiamente con ellas.
Comprender la naturaleza inevitable de los condicionantes que impactan directamente sobre nuestra vida y aprender a tratar con ellos de manera efectiva abre la puerta a la emergencia de una sabiduría única, de la que no está escrita en los libros. Durante este tramo de la formación aprendemos a ver como la vulnerabilidad de los centros que tenemos abiertos en nuestro diseño puede ser una bendición disfrazada que transforma nuestra conciencia individual.