Hace apenas un par de semanas que el sol entraba en la primera línea de la puerta 41, iniciando así el nuevo ciclo anual del Rave, que revela la impronta principal que va a condicionar el ‘tema general’ en la frecuencia solar de este año, pero pocos días después, cuando el sol atraviesa la última línea de la puerta 19 – El Acercamiento – y penetra en la primera línea de la puerta 13 – La Comunidad con los Hombres – lo que comienza es un nuevo ciclo anual de encarnaciones, en el que el poder diario del sol irá actualizando el repertorio completo del catálogo de roles humanos del que disponemos como potencial en la bioquímica del genoma humano.
Al igual que en el caso de los árboles, el río de la vida no trae seres humanos al mundo de uno en uno, sino que los trae sobre una corriente diversificada de entrega donde las frecuencias en el océano de neutrinos son las que marcan el propósito ‘superior’ de la ‘unicidad’ potencial que percibimos y que solamente puede ser realizada en la conciencia individual del ‘Yo soy’, tal y como se manifiesta en cada personalidad humana. La combinación de la predisposición genética de nuestro cuerpo a diferenciarse con el potencial consciente de nuestra personalidad de percatarse de su propia ‘unicidad’ establece el marco cognitivo principal de quien realmente somos (mejor dicho, quien podríamos ser) como seres humanos originales.
En paralelo con todo eso, existe un programa mitológico anual que revela también el modo en que la personalidad del más común de los seres humanos ha sido arrastrada desde siempre por la fuerza condicionante de unas fuerzas mitológicas que siempre han controlado, condicionado e impuesto el desarrollo de la conciencia humana en base a estrategias homogéneas que aseguren la supervivencia como miembro de la especie (el pan de cada día).
Desde la perspectiva de una personalidad despierta, no tenemos elección, y siempre ha sido así. Desde la perspectiva del cuerpo, las elecciones son una ilusión de la mente y simplemente no importan, y eso es algo que nos consta. Durante los últimos dos años he estado iniciando estudiantes en cuatro idiomas distintos al poder de distorsión y a la fascinación que estas fuerzas condicionantes han ejercido desde siempre sobre la personalidad humana. Estas fuerzas fueron definidas por Ra Uru Hu como “Los 16 Rostros de lo Divino”, y él mismo los enseñó a fondo en dos trimestres extraordinarios a lo largo del año 2007 (las grabaciones originales de esta pieza magistral de los conocimientos de Diseño Humano están disponibles en inglés en www.jovianarchive.com mientras que la versión española se puede adquirir en www.tupropiaautoridad.com
Con la intención de mantener mi propia alerta en relación al programa y no perderme mentalmente en las películas homogéneas del plano material, pretendo compartir con vosotros algunas claves mecánicas ahora que el Sol ha penetrado ya en el campo estelar de un nuevo ‘Rostro’. Lo suficiente como para que podáis identificar la frecuencia de fondo en el modo en que vuestra propia mente se focaliza sobre vuestro propio sentido de lo ‘humano’ en la percepción del ser (Yo soy) a la que os despertáis cada mañana de vuestras vidas.
En la transición que describe más arriba, el final del cuarto de la mutación se encuentra en la puerta 19, pero es éste un final que ya contiene en el paso previo de la puerta 41 la renacida chispa del deseo y de la inventiva humana, ya que esta es una puerta que reanima la rueda del deseo y nutre la promesa ilusoria de un eterno ‘nuevo comienzo’ en el espíritu humano. (No dejes de echar una ojeada a la combinación de estas 8 puertas en el Mandala del Cuerpo Gráfico del Rave).
Este Nuevo inicio representa el anhelo humano de algo que dure más allá de la experiencia mundana de este plano, y cada nueva vida humana que nace resulta inmediatamente condicionada a rendirse a la manifestación ciega del poder emocional que limita el horizonte de la conciencia individual en defensa de sueños y utopías homogéneas en cuyo nombre han vivido y muerto ya muchos más que demasiados.
La encarnación de este principio la encontramos en aquellos que han logrado inscribir su nombre en las páginas de la historia, después de haber triunfado en la cumbre de algún escalafón estratégico, y cuyos principios hipócritas y sueños sin realizar siguen condicionando el destino de la especie y el modo en que la humanidad se ve a sí misma. El representante más conspicuo de estos principios homogéneos lo encontramos en aquellos que los representan en nuestra vida diaria, particularmente en el trato que desarrollamos hacia ellos en los primeros siete años de nuestro desarrollo.
Estas fuerzas existen y no resultan tan difíciles de identificar, si uno es mínimamente consciente de los campos de la experiencia humana sobre la que ejercen su impacto más directo. En el caso de ‘Kali’, que es el rostro que nos ocupa ahora, basta con hilvanar las claves más básicas para disponer de una definición muy clara de los condicionamientos que esta fuerza ejerce sobre la psique humana. Lo que tenemos es una dirección del pasado (puerta 13 – mente/iniciación) que condiciona el comportamiento humano rechazando (puerta 49) compartir los sentimientos (puerta 30) de un espíritu indeciso (puerta 55).
Es aquí donde el poder del Plexo Solar se expresó siempre de manera absoluta en nuestro pasado evolutivo, a través de las fuerzas de destrucción en defensa de la tradición (puerta 13), Dios (puerta 49), la virtud y la pureza del sentimiento (puerta 30), y el ‘amor’ devocional (puerta 55).
Estas cuatro puertas son el pegamento que mantuvo el potencial de la inteligencia emocional de los seres humanos enterrado bajo infinitas capas de primitivo poder hormonal e ideas románticas y sublimes acerca de la espiritualidad, y bajo un manto de supersticiones esotéricas acerca del destino y de la vida en el ‘más allá’.
Obviamente, esta fuerza que se camufla bajo una apariencia de dama oscura es toda una bomba emocional para cualquiera que acabe por entregarse a su servicio, y aquellos que son portadores de cualquier puerta armónica con los temas de Kali (puertas 33, 19, 39 y 41) deberían de tener especial precaución debido al poder de distorsión que, en el encuentro con estos primitivos impulsos emocionales, les puede arrastrar a identificarse y a intentar establecer alguna decisión irreversible en base a algún ‘absoluto’ proveniente del inestable y volátil mundo de las emociones durante las próximas 3 semanas.
Siempre es beneficioso seguir la propia estrategia y autoridad internas, pero el precio a pagar por no hacerlo será particularmente alto durante este periodo tan intensamente emocional del año. Estos son tiempos de ‘dejarlo estar’, que por otra parte es lo único que uno puede hacer en relación al pasado, para poder aprender de él mientras continúas viendo cómo se desarrolla la película del Oscar a San Valentín.
Alokanand Díaz